La Grafoscopía nace, al igual que la grafología, en base a la existencia de la
escritura, la cual fue precedida por el dibujo y los diseños gráficos, que
procuraban expresar la noción del pensamiento del hombre (jeroglíficos egipcios,
mayas, etc.). Con la invención de la escritura, surgió a la par la falsificación, ya
que en los Sellos de la cultura hitita, se leían advertencias, para quien osara
falsificar las sagradas inscripciones: “Quien quiera que altere las palabras de la
tableta, será aniquilado por el dios de la tormenta”.
En otra página de la historia, encontramos que: Suetonio, biógrafo cortesano, fué
el más grande falsificador de su tiempo. También es de anotar la existencia
dentro de una ley promulgada durante el Imperio de Constantino El Grande,
como también en la Novelas 73 y 76 de Justiniano, donde se expone el
descubrimiento de un error judicial, debido a un peritaje caligráfico mal realizado.
Igualmente, son instrumentos jurídicos de su época, el Fuero Juzgo y el Fuero
Real de España.
A Edmund Locard, se le considera el verdadero precursor de la Grafoscopía,
como disciplina auxiliar de la criminalística, ya que funda un laboratorio técnicocientífico
en Francia, marcando de esta manera la transición entre el empirismo
romántico y la actividad científica en esta disciplina.
PERÍODO CALIGRÁFICO
En 1776, Turgot suprimió la Academia Real de
Escritura, reestablecida poco después, desapareció el 2 de Marzo de 1791. Siguió
así el destino de otras corporaciones. A partir de entonces, se pierden las
tradiciones y el peritaje de escrituras, y se convierte en un vasto campo de
experiencias, confinado único y exclusivamente al legislador (jueces), quienes se
interesan por personas de cierta cultura, pero sin información. Se vio entonces
triunfar el método caligráfico, que consiste en comparar entre sí las cartas y de
concluir después entre criterios de semejanzas, pero aproximadas.
PERÍODO MATEMÁTICO
Persifor Frazer (1899), introdujo las matemáticas al
peritaje de los escritos. Él se propuso medir la relación entre las alturas y las
extensiones y el carácter obligatorio del grafismo, por medio de los valores
angulares. Criminólogo contemporáneo de LANGUENBRUCH (1914), intenta
identificar al escritor, según su ritmo gráfico (individualidad del ritmo del pulso),
mediante la construcción de líneas rítmicas. Dicho estudio serviría de base a Locard
en 1920, para proponer lo que se conoce como el método de la Grafometría.
PERÍODO GRAFOLÓGICO
El periodo grafológico, es históricamente hablando
contemporáneo del período matemático. En 1873 el ABAD MICHÓN, intenta aplicar
su trabajo al peritaje, publicó en 1880 un memorándum titulado “EL MÉTODO
VICIOSO DE LOS PERITAJES DE ESCRITOS, SEGUIDOS HASTA ESTE DÍA”
Este libro no haya buen consenso acerca de las jurisdicciones, pues contrariamente
al publicado por FRAZER nueve años más tarde, es heredero del ABAD MICHÓN
CREPIEUX-JAMAN, ambos implantan a principios del siglo XX la grafología, como
una ciencia positiva que en 1934, se publicó la tesis de los grafólogos
anteriormente citados.
PERÍODO GRAFOTÉCNICO
La Grafotécnica, encontró su florecimiento con
PIERRE HUMBERT (1907-1911), quien creó un sistema de cotización del 0 al 9,
abarcando las especies típicamente grafológicas. Cada escrito se reúne en un
número de siete cifras, las cifras impares corresponden a los rasgos positivos del
sujeto, las cifras pares a rasgos negativos. Los rasgos positivos y negativos caracterizan a la vez el juicio formal que ilustra sobre una de las dimensiones del
escrito, como la rapidez opuesta a la lentitud y el juicio psicológico orientó a la suma
de las cifras pares y de las cifras impares, después sustrajo la primera de la
segunda y obtuvo una diferencia; si esta diferencia es enormemente positiva el
individuo es juzgado como superior.
PERÍODO PALEOGRÁFICO
El acceso de los archivistas paleográficos (antiguos
alumnos diplomados de la Escuela de Paleografía) al peritaje de la escritura, tiene
un origen histórico bien conocido. En el curso del asunto, DRYFUS el director de la
Escuela de Paleografía, PAUL MAYER y dos de sus profesores, fueron llamados
para establecer un peritaje en escritos antiguos.
PERIODO GRAFONÓMICO
El advenimiento de la grafonomía descansa sobre dos
principios: no solo son los signos grafológicos los que deben tomarse en
consideración, pero sí las características gráficas dentro de su conjunto. Concebidas
bajo su aspecto objetivo, los razonamientos, deben ser en correlación directa de las
leyes del grafismo o de la escritura. Solange Pellat hijo de Henry Pellat y nieto de un
célebre jurisconsulto, fue uno de los principales constructores de la grafonomía,
junto con el filósofo André Lalande. Desde 1903 Pellat demostró y dio origen a un
análisis fino de los movimientos de la escritura, realizando una investigación sobre
las leyes fundamentales de la escritura. Finalmente en 1927 publico una síntesis de
sus trabajos en donde enuncia una serie de leyes que quedaron injustamente
desconocidas hasta 1934, año en el que da a conocer las leyes del grafismo que
actualmente se conocen.
PERIODO CIENTÍFICO
El peritaje de los documentos manuscritos, ha tomado poco
a poco un carácter científico. OSBORN (1929), HILTON (1956), HARRISON (1958),
LOCARD (1959) Y GAYETE (1961), publicaron los tratados ejemplares que no se
limitan a los escritos, pero conciernen al conjunto de los problemas contenidos por
los documentos impugnados. Durante la evolución del peritaje de los documentos
escritos, los estudios permanecieron congelados durante los siguientes 30 años.
Resaltando como ejemplo que la obra de EDMOND LOCARD (MANUAL DEL JUEZ),
12
no era más que una continuación de los tomos V y VI de su tratado de
CRIMINALÍSTICA de 1936. Después de 1980 la aparición de nuevas tecnologías
llamadas “INFORMÁTICA”, métodos estadísticos y las técnicas analíticas de punta,
como el expert SYS (equipo de comparaciones multiespectrales) y el Docucenter
(equipo de comparaciones multiespectrales), han hecho progresar gradualmente el
peritaje de documentos abriendo así la era del peritaje científico.
Sin embargo, no podemos olvidar al Español Félix del Val Latierro, perito
calígrafo y archivista-bibliotecario que conformó un manual llamado
Grafocrítica, el documento, la escritura y su proyección forense, el cual tiene
un sentido científico y práctico, del que a su vez se han derivado otras obras.
SINÓPSIS HISTÓRICA
FRANCOIS DE MELLE en Francia y CAMILO BALDI en
Italia, se consideran como los precursores de la grafística, al inicio del siglo XVII, de
hecho en Italia se encuentra la cuna de los principios de identificación de los
escritos. En 1610 se publicó una obra pequeña titulada IN-QUARTO, escrita en latín
ya decadente, de la cual no existe verosímilmente más que un solo ejemplar en todo
el mundo, conservado en la biblioteca de sinopsis reservada a los discípulos del
maestro.
En 1666 Jaques Riveoux publicó el “tratado de las inscripciones en falso”,
obra que tuvo gran éxito en su época. Una segunda edición de este libro se
tiró en 1673. Esta obra mucho más completa que sus precedentes llegó a ser
rápidamente la carta misma de las técnicas periciales. “Su influencia durará a
lo largo de dos siglos”, decía ALPHONSE BERTILLON en 1898. Todos los
maestros antiguos pertenecían a la corporación de los catedráticos y
escritores jurídicos. Se trataba de los mismos peritos reconocidos por toda
una época o por la mayor parte de las profesiones en la cual se formaban
maestrías.
Los archivos de GIRONDE, informan que en el año de 1689, el francés Jean
Jossé, estaba considerado como falsificador. Éste había elaborado
numerosas falsificaciones de contratos, recibos, testamentos, actas
notariales, etc., imitando perfectamente la escritura e incluso la firma de los
notarios. Por otra parte, conocía los procesos de envejecimiento del papel, ya
que dominaba perfectamente la técnica del lavado de los pergaminos, pero
gracias a los peritos de ese tiempo, entre los que destaca ALPHONSE
BERTILLÓN, fue descubierto cuando hizo pasar un salvoconducto firmado
por el rey en el cual no pudo reproducir el sello de armas, ni la firma del
Papa.
En 1698 surgió un tratado de proceder para todas las verificaciones de
escritos impugnables judicialmente. Más tarde, en 1727 Luis XV. Creó la
REAL ACADEMIA DE LA ESCRITURA. A partir de esa época, el peritaje de
los escritos entra en un periodo de controversia, pues cada perito expuso su
método pero su evolución hasta nuestros días pasó por diferentes periodos
que corresponden cada uno a una concepción particular.
En 1774, Francoise Serpillon publicó un código de lo falso, auténtico
comentario técnico-jurídico del reglamento de 1737, el cual definía la visión
del perito dentro del marco de un procedimiento de verificación de escrito, o
de una inscripción en falso, e indica los diferentes aspectos de la verificación
de escritos y firmas privadas en materia penal.
0 comentarios :
Publicar un comentario